martes, agosto 19, 2025

Ruta Azul: un plan para transformar el sur dominicano

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Por Eddy Montás

 

El sur de la República Dominicana, una región históricamente relegada en inversión y desarrollo, se encuentra ante una oportunidad de transformación. El Proyecto Ruta Azul, liderado por la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (Egehid), con el impulso de su administrador general, Rafael Salazar, y el apoyo técnico de la Fundación Metrópoli, busca articular en un solo plan lo que por años han sido esfuerzos dispersos.

La Ruta Azul es mucho más que la construcción de carreteras y puentes. Es un corredor estratégico que conecta diez provincias, desde San Cristóbal hasta Pedernales, integrando infraestructura, modernización agrícola, turismo sostenible y políticas ambientales.

El diseño del proyecto no se hizo a puertas cerradas, sino que contó con la participación de autoridades locales, ministerios clave (como Obras Públicas, Agricultura, Turismo y Medio Ambiente), así como organizaciones comunitarias, empresarios y académicos. Este trabajo colectivo ha permitido que la propuesta responda a necesidades reales y no a agendas aisladas.

El proyecto coloca a la agricultura en el centro de su estrategia, con planes para tecnificar cultivos, modernizar sistemas de riego, industrializar la producción y abrir canales de exportación. Sumado a la construcción de carreteras estratégicas, circunvalaciones y trenes de carga, se busca que los productos del sur lleguen a los mercados nacionales e internacionales de manera más rápida y con menores costos.

Además, el plan contempla la creación de zonas logísticas multimodales y polos agroindustriales, lo que podría cambiar la matriz económica de la región.

Pero el impacto va más allá de la producción. La Ruta Azul incluye la construcción de hospitales, centros educativos, proyectos de electrificación rural y viviendas. También se enfoca en la recuperación de cuencas, la creación de eco-ciudades y el desarrollo de circuitos ecoturísticos.

Esta combinación de elementos no solo dinamizará la economía, sino que mejorará la calidad de vida de miles de personas, reducirá la migración forzada y hará del sur un territorio más resiliente ante el cambio climático.

Para Rafael Salazar, la Ruta Azul no es un proyecto pasajero, sino una visión de país que debe trascender gobiernos y convertirse en una política de Estado. Si logra sostenerse en el tiempo, el sur podría dejar de ser una periferia económica para convertirse en uno de los motores de crecimiento de la República Dominicana, demostrando que con liderazgo, planificación y compromiso colectivo, las regiones históricamente olvidadas pueden transformarse en ejes estratégicos de desarrollo.

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