Por Wilson Rodríguez Peña
Santo Domingo, RD. –Cada día que pasa se incrementa más y más la presencia de haitianos indocumentados en la República Dominicana, pero al parecer las autoridades se hacen de la vista gorda y, en muchas ocasiones, “son cómplices” de la llegada de estos.
De acuerdo con diversas publicaciones nacionales e internacionales, hoy más que nunca la República Dominicana está afectada debido a la existencia de una frontera «abierta y sin control”, que causa un alto flujo de inmigrantes ilegales haitianos.
Los haitianos han tenido presencia en República Dominicana desde el siglo XIX, pero eso no significa que tengan el derecho de entrar al país de manera ilegal sin ningún tipo de obstáculo, y ya es hora que las autoridades pongan control a ese mal que viene afectando en gran manera al pueblo dominicano.
El presidente Luis Abinader se ha pronunciado en reiteradas ocasiones de que los dominicanos no deben cargar con ellos, pero eso solo se ha quedado en palabras,porque la presencia haitiana se nota en cada equina o rincón del país.
Se recuerda que Abinader instó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a «luchar juntos para salvar a Haití», y le advirtió que, si no llega la ayuda, luchará solo para proteger a República Dominicana.
Pero las autoridades siguen con una venda en la vista, y ni hablar del cruce fronterizo de Dajabón, entre República Dominicana y Haití, en el que hay un flujo constante de camiones que transportan inmigrantes haitianos indocumentados, que rara vez son deportados a su país de origen.
Los hospitales y los centros educativos están abarrotados por los indocumentados de la vecina nación, por lo que muchos dominicanos no pueden asistir porque es prácticamente es imposible entrar o tomar un turno.
La precaria situación de Haití parece no tener fin por ahora, ya que los grupos criminales siguen con el control en totalitario de esa empobrecida nación. A pesar de los esfuerzos de los organismos internacionales, que muchas veces han hecho fuerza para que el pueblo dominicano cargue más con los vecinos haitianos.
Desde el asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moïseen 2021, y el incremento de la violencia por parte de bandas criminales, solo ha habido miles de muertos y nada de mejoría para ese pueblo.
Haití desde su nacimiento como nación independiente en 1804, se ha visto sacudida por la inestabilidad política, pero los organismos internacionales siguen forzando para que los dominicanos sigan cargando con los problemas de ellos.
Haití es el país con la tasa de crecimiento más elevada del mundo, con una población mayor que la nuestra, así como también con el índice de pobreza más alto de todos los países del hemisferio y por consiguiente con un índice de analfabetismo de un 51%, lo que indica que más de seis millones son analfabetas y lamentablemente estos son los que emigran hacia el territorio dominicano.
Los haitianos han ido llegando al país tratando de escapar de los problemas sociales que aquejan su nación. En Haití los principales problemas que se presentan son: la corrupción gubernamental, discriminación racial, pocas oportunidades y la mala distribución de los ingresos.
Estas son algunas de las razones por las cuales más de un millón de haitianos en extrema pobreza han escogido emigrar, en su mayoría ilegalmente, al país que tienen más cerca, que resulta también tener índice de pobreza bastante elevado.
República Dominicana es un país que merece regirse por sus leyes, nunca bajo presión de otras naciones que no han hecho nada por los haitianos.
Para fortalecer este artículo revisamos las publicaciones y reportes de los principales medios informativos nacionales e internacionales acerca del tema haitiano.
Tomamos como punto principal una publicación del periódico eldinero.com.do, de fecha 25 de septiembre, 2023, fajo la firma de Jean Carlos Altuna.
Migración haitiana: El desafío de los costos sociales para República Dominicana
República Dominicana ha sido testigo de un flujo constante de inmigración haitiana en las últimas décadas debido a su cercanía como países vecinos en la misma isla. Esta inmigración se compone de ciudadanos que vienen en busca de mejores oportunidades de vida y salud, lo que ha generado una serie de desafíos complejos y costosos para el Estado dominicano.
Precisamente en este último aspecto, la salud, ha sido uno de los más problemáticos en cuanto al impacto financiero respecta.
En un entorno en el que la atención médica es un pilar fundamental en el bienestar de la sociedad, el gasto gubernamental destinado a satisfacer las necesidades de los haitianos indocumentados se ha convertido en un tema de creciente importancia y debate.
Para entender mejor este asunto, podemos desglosar los gastos de la siguiente manera:
– En 2020, el Estado dominicano destinó alrededor de RD$9,000 millones para 30,000 parturientas haitianas, sin contar el gasto ejecutado por temas relacionados con la pandemia y sus efectos secundarios.
– Para el 2021, se había destinado más de RD$10,000 millones para 35,000 parturientas haitianas.
–En 2023, se destinó del Presupuesto total en Salud Pública, que asciendió a RD$137,788 millones, el 14% a la atención de la población haitiana y otros extranjeros irregulares. Esto se traduce en un gasto significativo de RD$19,299 millones.
Es decir, el Estado dominicano en los últimos 3 años ha gastado alrededor de RD$40,000 millones en la atención de la población del país vecino, sin contar el hecho de que el 35% de las camas hospitalarias en el país están ocupadas por ellos, planteando preocupaciones sobre la capacidad de atención médica para los ciudadanos dominicanos y la sostenibilidad del sistema de salud.
Si nos comparamos con otros países de la región, como Estados Unidos, Chile, México, entre otros, no llegan al 18%, siendo esta cifra muy alta, incluso tomando en cuenta que son naciones mucho más grandes que nosotros en términos de masa territorial.
Uso alternativo de los recursos:
Es lógico preguntarnos cómo podrían haberse utilizado estos RD$40,000 millones, o su equivalente en dólares de US$714.3 millones, por el Estado dominicano si no se hubieran destinado a la atención y servicios para la población haitiana indocumentada en los últimos 3 años. Si bien la respuesta a esta pregunta es compleja y depende de numerosos factores, se pueden tomar en cuenta las siguientes posibles alternativas:
· Se podrían haber adquirido aproximadamente 4,761 autobuses para mejorar el sistema de transporte público, ya que tienen un costo de alrededor de RD$8.4 millones cada uno.
· Se podrían haber realizado hasta 17 expansiones en las líneas del Metro de Santo Domingo, con un costo aproximado de RD$2,266.4 millones cada una.
· La construcción de hasta 6 teleféricos similares al de los Alcarrizos, que tuvo un costo de inversión aproximado de RD$6,698 millones.
· Se podrían haber construido hasta 17 hospitales de la dimensión del Dr. Antonio Musa, actualmente en desarrollo en la provincia San Pedro de Macorís, con capacidad de hasta 133 pacientes y con un presupuesto de RD$2,340 millones. Esta posible inversión hubiera permitido brindar habitaciones hospitalarias a más de 2,200 ciudadanos.
· La construcción de hasta 8 veces la circunvalación de Azua, que tuvo un costo de RD$5,000 millones, o la iniciada construcción de la autopista del Ámbar, que se podría desarrollar hasta 2 veces, ya que contempla un costo de unos US$400 millones.
No es una solución exclusiva de la República Dominicana…
En última instancia, el análisis de los costos financieros y las implicaciones sociales de la migración haitiana en la República Dominicana subraya la necesidad de un enfoque equilibrado y sostenible para abordar este desafío. La toma de decisiones en cuanto a la asignación de recursos debe ser cuidadosamente considerada, con un énfasis en mejorar la calidad de vida de todos los residentes y garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos esenciales.
Por lo tanto, como bien han mencionado nuestras autoridades, la solución a este problema no yace en el pueblo dominicano, ya que el país no puede cargar solo con los problemas de Haití.
Como se observa con datos reales, ya está haciendo demasiado, mucho más de lo que puede. Es un pueblo que lamentablemente está sufriendo las consecuencias de la inestabilidad e inseguridad generada por grupos insurgentes que han tomado el control de gran parte del país, provocando una grave crisis institucional que los mantiene sumidos en una terrible situación política y económica.
Esto ha provocado una situación que ha desbordado los límites de un problema migratorio, que se entiende que al nivel en el que se encuentra solo podrá ser resuelta con la ayuda de la comunidad internacional.
No coincide con la realidad
La Dirección General de Migración (DGM) informó recientemente que deportó en el primer semestre de 2024, a 67 mil 844 extranjeros a sus países de origen, por no cumplir con lo que establece la ley 285 – 04, por ser requeridos por diferentes naciones y otros motivos.
De esa cifra, 66 mil 227 son haitianos, 22 estadounidense, 5 colombianos, 5 cubanos, 4 chinos, 3 mexicanos, 3 boricuas, 2 venezolanos, 1 camerunés, 1 holandés, 1 jamaicano y 1 italiano.
En junio, se deportó 13 mil 231 extranjeros, y en lo que va de julio, ya superan los mil 450 irregulares enviados a sus países de origen.
Aunque los reportes de la DGM no coinciden con la realidad, porque no hay que ser experto para comprobar la cantidad de nacionales haitianos que se desplazan por las diferentes provincias del país que en su mayoridad no portan ningún documento.
¡Dios nos cuide!
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El autor es periodista
wisada@gmail.com
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