Por Víctor Joel Sánchez
Aunque faltan años para el proceso electoral de 2028, hay debates que valen la pena iniciar desde ahora, no para distraernos, sino para reflexionar y proyectarnos como sociedad. Uno de esos temas es la posibilidad de tener una mujer Presidente. ¿Está preparada República Dominicana para dar ese paso? La respuesta es un rotundo sí.
Nuestra historia reciente nos muestra ejemplos claros de mujeres líderes que han marcado la diferencia en la gestión pública. Entre ellas, Carolina Mejía, actual alcaldesa del Distrito Nacional por segunda vez consecutiva, se destaca como una figura de referencia. Su trayectoria es una muestra palpable de lo que la preparación, la disciplina y la visión pueden lograr en la administración pública. Carolina no solo ha gestionado con eficiencia los recursos de la capital, sino que ha demostrado cercanía, humanidad y una capacidad de escucha que conecta con las necesidades reales de la gente.
El papel que juega la mujer en la política dominicana está en constante evolución, y Carolina Mejía encarna ese avance con fuerza. Sin embargo, este no es momento de apresurarnos con nombres o candidaturas. Como miembros del Partido Revolucionario Moderno (PRM), nuestro enfoque debe estar en respaldar la gestión del presidente Luis Abinader, quien ha llevado al país por una senda de estabilidad y progreso. Su liderazgo marca un antes y un después en muchos aspectos de nuestra vida nacional, y merece toda nuestra atención y apoyo.
Ahora bien, hablar de un futuro con una mujer en la presidencia no es descabellado. De hecho, es una posibilidad lógica para un país que está evolucionando en su visión sobre el liderazgo. La experiencia y los resultados de figuras como Carolina Mejía no solo inspiran, sino que también dejan claro que las mujeres están más que capacitadas para asumir los mayores retos de nuestra nación.
El camino hacia el 2028 es largo, y queda mucho por construir. Pero algo es seguro: nuestra sociedad ya está lista para seguir avanzando, y eso incluye abrir las puertas a nuevas oportunidades de liderazgo, independientemente del género.
República Dominicana está preparada para grandes cosas, y el futuro, con nombres como el de Carolina Mejía, luce brillante.
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El autor es vicecónsul de la República Dominicana en São Paulo, Brasil
