Por NAT
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San Pedro de Macorís, RD. – El Estadio Tetelo Vargas fue testigo de un espectáculo de alto calibre el domingo, donde la ofensiva oriental se desató como un huracán que arrastró la resistencia de los Gigantes del Cibao. Las Estrellas Orientales mantuvieron su racha perfecta (4-0) al imponerse con un marcador de 9-4.
El partido parecía tomar un rumbo inesperado cuando los Gigantes anotaron dos veces en el primer inning. Sin embargo, el pánico duró poco. Apenas descontaron en el cierre del primero, la artillería pesada oriental tomó el control.
El momento cumbre llegó cuando Rodolfo Castro y Eguy Rosario destrozaron la inercia con jonrones consecutivos. Este golpe de poder no solo volteó la pizarra, sino que se sintió como un nocaut moral sobre el pitcheo de los Gigantes, que nunca volvió a asentarse.
La paliza se consolidó en los episodios centrales. El ataque del tercer inning fue coronado por el oportuno sencillo de Raymel Tapia, que impulsó dos carreras. Pero fue Miguel Sanó, con un contundente doblete productor de dos anotaciones en el cuarto, quien puso la lápida, llevando el marcador a 8-3. La estocada final llegó con un elevado de sacrificio de Wilfred Veras para sellar la novena carrera.
Si bien el abridor Sean Nolin tuvo una salida inestable (3 entradas, 3 carreras), la victoria se cocinó en el montículo del bullpen. El joven Eddy Yean (1-0) se erigió como la figura del relevo al silenciar los bates cibaeños durante dos entradas impecables, reclamando el triunfo. Tras él, el cuerpo de lanzadores orientales no dio respiro, anulando cualquier intento de remontada.
Por los Gigantes, Caleb Smith (0-1) cargó con el revés tras resistir apenas dos entradas y un tercio, castigado con cinco carreras limpias, incluidos los jonrones de Castro y Rosario. En cuanto a la ofensiva cibaeña, Nomar Mazara y Hanser Alberto destacaron con 2 hits y una carrera impulsada cada uno, mientras que Melvin Mercedes y Wilmer Difó también lograron producir una vuelta por cabeza.
Con un récord de 4-0, las Estrellas envían una señal de estabilidad y control total.
Los Gigantes (0-2), que aún no logran despegar su temporada, enfrentan la necesidad urgente de ajustar su pitcheo abridor para poder competir contra un equipo oriental que se muestra implacable en todos los frentes.
