Santo Domingo, RD – En la conmemoración del Día Internacional contra el Cambio Climático, la reciente afectación por la tormenta tropical Melissa en la República Dominicana se erige como una manifestación clara de la crisis climática que golpea al Corredor Biológico del Caribe.
Este fenómeno subraya la urgencia de acciones locales y globales, demostrando que los eventos extremos son cada vez más frecuentes, lo que exige proteger los ecosistemas para que estos, a su vez, puedan proteger a las comunidades.
Los efectos del calentamiento global en la región son palpables, con aumento de temperaturas, sequías e inundaciones que erosionan la vida y el trabajo, afectando de manera desproporcionada a las poblaciones que dependen de los recursos naturales.
Frente a esta amenaza, el Proyecto Comunidades Caribeñas Resilientes (CCR), liderado por Welthungerhilfe en alianza con OroVerde y socios locales en Cuba, Haití y República Dominicana, se posiciona como una iniciativa clave para mitigar estos impactos.
El CCR desarrolla acciones integradas de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) junto a autoridades locales, que incluyen reforestación con especies nativas, establecimiento de viveros comunitarios, instalación de sistemas de captación de agua y la mejora de acueductos rurales.
Además, promueve prácticas agrícolas sostenibles, como la reforestación de cuencas para mejorar la recarga hídrica, barreras vivas anti-erosión y sistemas agroforestales y silvopastoriles, que recuperan y mantienen los servicios esenciales que la naturaleza brinda a las poblaciones.
El impacto del Proyecto CCR es significativo y tangible. Hasta la fecha, se han distribuido y plantado más de 2.2 millones de plántulas de árboles frutales y forestales, y se ha brindado apoyo directo con medidas AbE a más de 2,000 hogares rurales.
De igual forma, 756 hogares han mejorado su acceso al agua y se han rehabilitado, reforestado y conservado alrededor de 2,600 hectáreas. Estos resultados se consolidan gracias a que las iniciativas son profundamente participativas: productores, mujeres, jóvenes y autoridades locales colaboran en el codiseño y validación de los planes AbE.
Este enfoque busca soluciones de adaptación en conjunto con las comunidades, facilitando la apropiación, sostenibilidad y réplica de las buenas prácticas.
El Día Internacional contra el Cambio Climático debe servir como un contundente llamado a la acción, pues la inacción es la mayor amenaza.
El proyecto CCR demuestra que las soluciones locales, inclusivas y basadas en la naturaleza no solo son efectivas, sino también replicables a gran escala, y actualmente está desarrollando modelos de replicación para facilitar que otros municipios puedan sumarse.
Por ello, se exige un mayor compromiso de gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para movilizar los recursos financieros y técnicos necesarios para escalar estas iniciativas.
Solo con una apuesta sostenida por la mitigación y la adaptación, impulsada desde lo local y con visión de género, será posible proteger vidas, medios de subsistencia y la biodiversidad insustituible del Caribe.