Bogotá (EFE).- Nuevos enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC por el control territorial de zonas rurales del departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, dejaron al menos 16 personas muertas en combate, según fuentes locales.
«El 30 de agosto comenzaron unos combates», relató a EFE el personero de la localidad de Puerto Rendón, Óscar Vanegas, quien comentó que el ELN, que controla las zonas urbanas, intentó «entrar a la montaña» donde dominan las disidencias.
Esto ha provocado «desplazamiento masivo de comunidades», que han tenido que buscar refugio en zonas seguras y «confinamiento», según esta autoridad local.
En los últimos días la calma ha vuelto y las comunidades están haciendo un balance de las afectaciones, pero el personero habla de «16 personas muertas en los combates».
El domingo, las disidencias de las FARC publicaron un video en el que aparecían rodeados de al menos 5 heridos, algunos visiblemente graves: «Tenemos una emergencia de unos heridos, por eso le pedimos a la Cruz Roja Internacional (CICR) y a una comisión del Gobierno si es posible que nos presten el servicio para auxiliarlos porque no estamos en las condiciones porque son heridos graves».
El CICR confirmó que han realizado «la evacuación de personas heridas en combate» en una «operación humanitaria y confidencial», siguiendo el Derecho Internacional Humanitario (DIH) que dicta que «todas las personas fuera de combate, incluyendo las personas heridas, deben ser protegidas» y por ello se debe brindar «atención médica a todas las personas sin distinción».
NUEVO PICO DE VIOLENCIA
Se trata de un nuevo pico de violencia en una zona donde desde enero del año pasado estos dos grupos viven enfrentados por el control territorial, en una zona donde la presencia estatal es casi nula.
Desde entonces, según el personero de Puerto Rendón, ya van «más de 300/400 personas asesinadas desde enero del año pasado», además de desplazamientos y múltiples amenazas a líderes sociales.
Arauca, ubicado en la frontera con Venezuela, es el principal fortín del ELN, que tiene en vigor un cese al fuego bilateral con el Gobierno pero no con otros grupos, y allí también operan disidencias de las FARC.